lunes, 9 de marzo de 2015

¿Te invito un café?



Oooh un cafecito en la mañana es siempre una buena idea para mí! Quizá para ti sea ese juguito de naranja o la leche batida con fruta, no sé. Pero por hoy acompáñame, te invito un café... vamos a imaginar que estamos en una montaña con una temperatura bajo cero. Alrededor podemos ver los arboles que cubren el escenario como en forma de alas de águila y dejan pasar un ligero aire con aroma a madera...

Podemos incluso imaginar como un río pasa con gran fuerza y escuchamos el golpeteo sobre las rocas que levantan pequeñas gotitas de agua que se disuelven en el trayecto. ¿Puedes ahora respirar la humedad de esos árboles alrededor? Aaahh que rico, nada como una taza de café en buena compañía...

Hay muchas maneras en las que he tratado de entender cómo funciona la fe en la vida cristiana pero por más que trataba de esforzarme no lograba hacer real en mí el concepto de fe que describe la Biblia en el capítulo 11 versículo 1 de Hebreos, que dice: “La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. 

Entonces, Dios empezó llevarme a través de los recuerdos en mi memoria. Recordaba a que olía Puerto Vallarta al llegar al aeropuerto, recordaba el aroma de esa taza de té que me tomaba para acompañar mi devocional, recordaba incluso mis caminatas en la mañana por las calles mojadas después de la lluvia. Y empecé a sentir nostalgia. Dios permitía esas sensaciones en mí.

Empecé a darme cuenta que reales eran esas escenas en mi memoria y que peligro era para el ser humano la visualización, entonces supuse; “Si puedes pensar para atrás, puedes pensar para delante”. Recordé como el pueblo de Israel al salir del cautiverio de Egipto y verse en pruebas de fe y confianza en Dios anhelaban regresar a Egipto ¡Querían volver atrás! Extrañaban lo que comían allá que entre otras cosas eran ajos y cebollas les traía recuerdos de olores y sabores que les resultaba más apetitosos en ese momento, la comida de esclavos era mejor en el momento de prueba que el mana que caía del cielo y que servía de sustento diario hasta que pudieran llegar a la tierra prometida ¡Querían volver atrás! ¿Ha habido veces en las has querido volver atrás? Y que tal ir adelante.

Cuando alguien pone café en mi oficina llega el aroma a café hasta mi y se activan mis sensores cafeteros y pienso “Aaah alguien está poniendo café” No puedo verlo en definitiva, pero puedo percibirlo con mis sentidos, por lo menos aun todavía con el olfato. ¡Así es la fe! ¡No puedes tener aun esas vacaciones pero ya te viste! ¡No estás aun viviendo el sueño de Dios pero ya te visualizaste! Puedes escuchar las multitudes alabando al Rey de Reyes, puedes ver tu nombre en el titulo de ese libro, puedes soñarte en esa casa que Dios te dijo que te daría. ¡Puedes creerlo; puedes verlo, puedes verlo; puedes tenerlo! Puedes porque Dios te dijo que lo haría.

Empecé entonces a usar mis sentidos para darle sentido a lo que Dios estaba enseñándome. Somos una perfecta creación de Dios y cada fortaleza, cada debilidad, cada habilidad, cada instinto, cada partícula de nuestro ser debe servir para darle honra y gloria a nuestra creador y definitivamente para agradar a Dios es necesario tener fe (Hebreos 11:6 “Pero sin fe es imposible agradar a Dios…”)

En ese tiempo deseaba que mi hermana que vive en México me visitara a California y estaba platicando con ella de los trámites que se debían gestionar. Después, ya a solas en casa un ligero airecito entro por mi ventana y pude percibir el perfume que usa mi hermana en toda mi habitación, tuve entonces la seguridad que ella estaría muy pronto visitándome. Interesante ¿No? Bueno, aprovechando mi nuevo descubrimiento empecé a traer a mi mente aromas peculiares, como el de una persona a la cual tenía ganas de ver y a los pocos días pude percibir el aroma de su fragancia y algunas otras pruebas a mi fe que no te las diré!

Platicaba con una amiga del tema y me decía “Yo quiero un bebé, ¿Que se supone que debo empezar a oler?” ¿Qué crees tú? Definitivamente puedes empezar a oler lo que se te ocurra, pero que tal si tomaras un tiempo todas las mañanas en creerle a Dios un poquito más y empezaras a ver tu sueño como una realidad. ¡Vamos! No hay sueño en ti tan grande que Dios no haya puesto! ¡Empieza a creer! ¡Visualiza el aroma de tu nueva oficina, de ese restaurante que quieres abrir! ¡Visualiza y huele! Vuelvete un sabueso de las cosas por venir, vuélvete un sabueso de la unción. 

En la biblia dice que nosotros podemos discernir los tiempos ¡Elías podía oler la lluvia antes de siquiera poder ver nubes en el cielo porque Dios le dijo que haría llover! (1 de Reyes 18) ¿Qué te ha dicho a ti Dios? ¡Huele la unción! Pégate de aquel hombre o aquella mujer de Dios de los que puedes aprender y te ayuden a cultivar tus sueños! Muéstrale a Dios que vas enserio con Él, hazle saber que le crees y que vivirás como una persona de fe, viendo las cosas que no son como si fueran.

Yo puedo ver a Jesús trayendo sanidad, salvación, liberación. Puedo escuchar voces de niños felices y sanos, puedo ver el amor en los hogares de California, puedo ver padres y madres reconciliándose con sus hijos, puedo escuchar una multitud de jóvenes que transforman el futuro de México y Latinoamérica, puedo ver la Iglesia de Dios gobernando las naciones, puedo oler los vientos traer mis generaciones del norte, del sur, del este y del oeste, puedo oler la unción del Espíritu de Dios trayendo libertad, puedo sentir la presencia de Dios.

Mmm huele a café...