martes, 5 de enero de 2016

Remodelando Mi Casa




Vivo desde hace casi dos años en Estados Unidos, un país considerado el país con la mayor población de inmigrantes en el mundo con solo 231,522,215 y yo. La primera vez que visite el gran Los Ángeles pude darme cuenta de la situación tan peculiaridad que se vive en países multiculturales, no solo aquí sino en otras grandes ciudades en todas partes del mundo, algo que refleja nuestra lucha por marcar nuestra "identidad" pues nos diferencia y nos arraiga a nuestras raíces, hablo acerca de lo que llaman "Little Towns" que son pequeños cuadros de la ciudad central los cuales se designan para desarrollar las diversas culturas que representan a los habitantes.
 
Recuerdo en esa visita entrar en enormes y hermosas casas alfombradas de esta ciudad, elegantes pasillos y grandes jardines pero con ollas de barro colgando por todos lados. La gente vive en su propio México dentro de su casa y por fuera parece muy americana, pero por dentro es muy mexicana.

Si alguien es orgullosa de sus raíces esa soy yo. ¡Mexicana hasta los huesos! Pero lo último que esperaba era ir a conocer La Placita Olvera, quería ir al Paseo De La Fama, al Observatorio o a Disneylandia. ¡Es como cuando una americano llega a México, lo primero que quiere es ver un mariachi y comer unas enchiladas!

Fue muy lindo descubrir que aun a pesar de estar lejos, hay cosas que siguen acercándonos a nuestro amado país, lo triste es que llevamos la cultura mas allá de nuestra casa y la estacionamos en nuestro corazón, entonces buscamos desesperadamente un sentido de pertenencia y nuestro ser está como perdido, como encarcelado en sí mismo... Fue allí que nació en mí una gran carga, sentí que debía afectar de alguna manera la vida de tanta gente, mi gente, que es traída por alguna razón de su país a esta tierra y que tiene que vivir lejos su familia. En ese momento no entendí esa carga porque ignoraba lo que Dios tenia preparado para mi pues diez años después regresé al gran Los Ángeles con un corazón convertido al cristianismo y mis ojos ya no veían las luces de una gran ciudad, sino las almas que necesitaban de Cristo.

Ahora que resido aquí entiendo y vivo lo que es estar lejos de casa, lejos de tus costumbres, lejos de tu familia y aunque Dios me ha dado grandes amigos que son como familia, maravillosas personas con un gran corazón, sigo echando de menos los huevos a la mexicana y los preparo de vez en cuando para el desayuno, pues la mayoría de mis amigos son tan Salvadoreños y tan Guatemaltecos que no saben lo que es ordenar del menú una torta ahogada mucho menos como se preparan los huevos a la mexicana (primero el chile verde, la cebolla blanca y el jitomate rojo, bien picaditos, los fríes con poquito aceite, según lo que para tu mamá significaba poquito, y después echas los huevos, no al revés porque se baten).

Hoy mientras preparaba mis huevos a la mexicana, me di cuenta de la gran contradicción que muchas veces somos. Somos como... ¡Una contradicción andando! Decimos ser lo que no somos, siempre esforzándonos por encajar en determinado estereotipo, pero sabes que, dejamos de ser ese diseño original que Dios creo en nosotros, dejamos de vivir la nueva vida a la que fuimos llamados. Somos creyentes que no creemos, somos cristianos que no vivimos como Cristo que no hablamos como Cristo, cuando deberíamos sujetar todo nuestro ser, mente, cuerpo y alma (emociones y sentimientos) al dominio absoluto del Espíritu Santo y dejarnos transformar a través del poder de la Palabra de Dios.

Cultura es una palabra que proviene de dos raíces etimológicas: cultivo y culto, de allí podríamos decir que cultura es: Hábitos y formas de culto, tradiciones. ¿Han escuchado la historia de porque el pan de caja es cuadrado? Porque la abuela de la abuela de la abuela le cortaba las orillas porque redondo no cabía en la canasta cuadrada al momento de llevarlo con el desayuno al campo para sus esposos. Así mismo, los hábitos son fuertes formas de vida de los cuales muchas veces ni siquiera estamos conscientes de donde vinieron pero ahora son fuertes costumbres difícil de cambiar aun cuando nos mudamos a un país diferente y que pasan de generación en generación. Lo mismo sucede cuando pasamos de una vida apurada sin estar conscientes de la presencia de Dios a una en la que lo conocemos y reconocemos como nuestro Salvador personal. Pasamos de estar en obscuridad espiritual a la luz de Jesús que nos alumbra el entendimiento y nos hace libres de toda atadura.

Pero, ¿Qué hacemos con toda aquella forma de vida a la que estamos acostumbrados? ¿Como paso de ser un alma libre a una alma comprada por la Sangre de Cristo? A través de un proceso. Lo primero es que reconozcamos a Jesús como el Salvador de nuestra vida, en ese momento algo maravilloso pasa espiritualmente que te da entendimiento y convicción de pecado; el Espíritu de Dios viene a habitar en ti. Pero además de hacer de Jesús tu Salvador lo tienes que hacer tu Señor, el dueño y amo de tu vida y ser material fácil de moldear por Él.

Yo llevaba tantos años de ser cristiana y hubo días en que una voz interna que sabia que venia de Dios me decía: ¿Cuándo te vas a abandonar? Tan frustrante era para mi escucharlo que solo decía: ¿Abandonarme como? ¿No estoy aquí donde Tú me has llamado Dios? ¿No estoy haciendo lo he creído que Tú me has dicho que haga? ¿Cómo me abandono? ¿Me salgo a la calle y regreso a casa sin mi? Y aunque parezca absurdo no estaba muy lejos de ser exactamente así...

Abandonarte es morir a ti mismo y permitir que sea Cristo viviendo en ti. Abandonar nuestra propia voluntad y nuestra manera de pensar, poner freno a nuestros propios deseos y permitir que Cristo sea glorificado en nuestra vida. Pablo lo dijo bien en Gálatas 2:20 "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas cristo vive en mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó asimismo por mí".

Si Jesús realmente iluminó como el sol nuestra obscuridad, entonces deberíamos reflejar esa luz de manera casi automática, pero entonces ¿Qué sucede, por qué muchos batallamos cuando se trata de cambiar? Porque tenemos arraigadas costumbres, hábitos de nuestra vida sin Dios. Por eso Dios nos dejo especificaciones en la biblia que nos dicen como podemos vencer y vivir una vida en plenitud a Su lado y con la ayuda del Espíritu Santo esto se hace posible.

Imaginen al pueblo de Dios saliendo de Egipto como una ejemplificación del proceso de Dios en nuestra vida. Los saca de Egipto en donde los rituales y las costumbres y los hábitos paganos determinaban su presente y su futuro, uno seguramente de perdición. Pero Dios le dijo a Moisés, "Claramente he visto como sufre mi pueblo que esta en Egipto. Los he oido quejarse por la crueldad de sus opresores y sé muy bien lo que sufren..." (Éxodo 3:7) Esto debe darte esperanza de saber que aunque tú no lo veas, el Señor escucha tu llanto, Él conoce tu situación y te está indicando el camino a tu libertad. Después el Señor envió a Moisés ante el Faraón para decirle "Deja ir a mi pueblo, para que me rinda culto en el desierto" (Ver. 16)

Si nuestra casa espiritual que es nuestra propia vida luce alfombrada, elegante, digna de un rey o una reina pero aun hay ollas de diferentes tamaños colgadas por todos lados que te recuerdan tu pasada forma de vida, ¡Dejarlas caer! ¡Que se rompan en el nombre de Jesús! Si aun preparamos los huevos como los hacia nuestra mamá, si aun mantenemos hábitos ocultos y otros muy a la vista de nuestra vieja naturaleza, entonces es tiempo de redecorar, rediseñar un espacio en donde el Espíritu Santo se sienta cómodo y pueda fluir a través de nuestra vida. Nuestra "Identidad" ahora esta en Cristo y en Él estamos escondidos, eso logra que sobrevivimos a un mundo multicultural también espiritualmente hablando, pues en estos últimos tiempos es mucha la confusión en el mundo y vemos diversas filosofías que nos confunden, pero nuestra seguridad esta en Dios, quien nos guía con Su Espíritu a vivir de manera honrosa delante de Él.

El domingo pasado le decía al Señor, "Señor, me rindo. Me abandono. Quiero vivir la vida que Tú tienes para mi, y sé que es la mejor, sé que es buena y confío en ti. No me aferrare más a algo que ya no tengo (mi antigua forma de vida), no viviré mas mi propia voluntad. Me abandono".  Y es que es así, por eso nos sentimos perdidos y sin rumbo, porque estamos viviendo donde Dios ya nos ha dicho que no pertenecemos. Vivir una vida cristiana implica entender que somos llamados a un nuevo reino, con nuevas leyes, con nuevas formas de vida. Por fin entendí que abandonarse implicaba dejar mis leyes, mis costumbres y mis hábitos por los de Dios, entendí que debía vivir una vida sujeta a la Palabra de Dios y que debía dejarme dirigir solo por Él viviendo en mi.

Sueño con un mejor lugar, como muchos de nosotros, un mundo sin fronteras, un país de respeto a los derechos humanos y con una generación llena de Dios para la cual su bandera sea la Palabra de Dios, pero nada de eso es posible sin la intervención de Dios en nuestra sociedad, nada de eso es posible sino empiezo yo misma a crear nuevos hábitos y costumbres según los principios del cielo y a vivir una cultura de acuerdo, en congruencia al Reino de Dios.

Para establecer el Reino de Dios y Su Justicia en esta tierra deberíamos ser esos modelos de justicia y no solo esos predicadores de justicia. Con temor de Dios espero que esta palabra traiga convicción en tu espíritu pues Dios es un Dios de misericordia y no de juicio y su motivación siempre será quitar todo lo que nos estorba para darnos libertad y acercarnos más a Él. Yo misma estoy cansada de tantas contradicciones en mi vida, yo misma estoy cansada de incluso tener tantas cosas buenas y dones y talentos y estarlos escondiendo por miedo a ser autentica y termino siendo lo que no quiero ser, lo que no soy.

Descolguemos todo lo que nos aleja de Dios y permitamos que Su amor y Su misericordia, la misma que tuvo con nosotros sea mostrada a los demás por medio de nuestra vida que es nuestra casa y exijámonos a nosotros mismos llevar una vida recta delante de Dios, pongámonos en Sus manos y confiamos que Él sabe mejor que nosotros que puede hacer con alguien que se abandona.

"No se conformen a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que puedan comprobar la voluntad de Dios, que es buena, agradable y perfecta"
Romanos 12:2

"En cuanto a la pasada manera de vivir, despójense del viejo hombre, que esta viciado conforme a los deseos engañosos y renuévense en el espíritu de su mente y visitante del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad"
Efesios 4:22-25